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MELODÍA
EN EL CAMPO
Este
refugio acogedor pero modesto
es
el retiro más apropiado para la escritura;
aquí
se respira romero y tomillo
y
en primavera triunfa la manzanilla.
El
sublime paisaje que hay en la lejanía,
Cabreras
al Sur, al Norte Peña Rubia,
en
el gran llano se vislumbra Villena
y
al Este, aparece de Sax, su fortaleza.
Se
escucha un sonido en la lejanía,
es
como si se acercara una avioneta,
pero
no es más que el viento del ave
que
se abre camino sobre las vías.
Hasta
la casa de campo solitaria,
suele
ser el único ruido que nos llega,
tan
solo cuatro o cinco ocasiones al día
y además, los pájaros cuando trinan.
Corretean
discretos conejos y perdices
y
se ponen las botas las ardillas con las piñas.
Sé
de las correrías de un esquivo zorro,
que
se oculta agazapado entre la arboleda.
Y
el fuerte aroma de los pinos a resina;
las
Peñas del Rey dominando las alturas
y
los brotes de almendros, aún con la flor tímida,
crean
un estado idílico para proceder a este poema.
Santa
Eulalia 24 Enero
Jesús
Gandía Núñez
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