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UNA PEQUEÑA MATA DE SALVIA
Terrenos baldíos con una capa
de escarcha blanca
las manos en los bolsillos y la
sonrisa congelada,
las pisadas marcadas en el
suelo
y el resuello con un vaho que
parece de fuego.
Son síntomas del invierno que
hace acto de presencia;
amenazando con temperaturas muy
bajas
y algunos témpanos de hielo
chorrean por la arboleda
que se derretirán conforme
levante la mañana.
Los pinos colonizados por las
orugas,
Y éstas haciendo acopio sobre
sus larvas
del tejido que les servirá de
casa,
aunque esto al pino le
ralentizará su buena marcha.
El piso del monte parece
muerto, sin vida,
pero no nos confundamos, bajo
la esponjosa tierra
hay una labor enorme de
ratones, topos y hormigas
que no renuncian en el subsuelo
a su diario trabajo.
Recojo una pequeña mata de
salvia,
y su aroma transforma mi nariz
acartonada,
en el vínculo que llena de
energía mi alma.
¡Qué delicia fue para los
sentidos una simple mata!
Elda 13 Enero 2020
Jesús Gandía Núñez
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional.
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