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ECHÉ RAÍCES
Hace más de mes y medio
que estoy a la sombra,
a los pies del ciprés de la terraza,
convirtiéndome en vegetal con ramas,
que da la bienvenida a la primavera.
Siento el frío el calor y el viento,
igual que cualquier otra planta,
y mi cuerpo se está volviendo verde.
Con las últimas lluvias primaverales,
me parece estar anclado a una maceta
y miedo me da de mirarme las piernas
pues creo que se hicieron más largas
y la savia circula por ellas.
Me parece que la desescalada llegó
tarde,
y tendré que seguir a la sombra
del ciprés que me cobija,
sin otras pretensiones…
pues me encuentro sujeto a sus raíces
y no permitirá mi salida, ni en la
primera
ni en la última fase de la
desescalada.
No sé si quejarme o estar alegre,
porque para qué quiero libertad de
movimientos
si mis piernas ya no me respetan.
Seguiré desde el mirador, haciendo
palmas,
hablando a diario con las plantas
y disfrutando del exultante colorido,
que nos ofrece la estación nueva,
a la que llamaré “Providencia”
porque la pedía a gritos la
naturaleza.
Elda 29 Abril 2020
Jesús Gandía Núñez
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