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I GUERRA MUNDIAL VÍRICA
Así titularon los periódicos
esta ruina.
El primer estallido ocurrió en
Wuhan,
en el centro geográfico de
China,
y su mercado fue el difusor
principal.
El gobierno decretó el cierre
de la ciudad.
No permitían salir de ella sin
un permiso,
ni tampoco a nadie que pudiera
entrar.
Cerraron aeropuertos y
carreteras,
dejaron aislada la ciudad.
Y desde España, lo veíamos en
la distancia,
con escepticismo y reservas,
pensando que eran cosas de
Asia,
que aquí nunca nos iban a
llegar.
Pero la guerra se extendió a
Italia,
sufriendo todo el Norte la
pandemia
y en España seguíamos los
acontecimientos,
sin dar crédito y sin
abastecernos de nada,
solo algunas recomendaciones de
seguridad.
Cuando en China la guerra la
tenían ganada,
y los italianos luchaban contra
el virus
en batalla encarnizada. Se dio
en España,
por primera vez la voz de
alarma.
Entonces se empezaron a buscar
recursos
de respiradores, guantes,
mascarillas y batas,
cuando ya era muy difícil
conseguirlas,
porque todos los países las requisaban.
Nos prometieron que pronto
llegarían,
pero entre tanto se duplicaron
las víctimas;
y cayeron los ancianos más
desfavorecidos,
los que estaban ingresados en
residencias y asilos.
Ahora, sigue extendiéndose la
guerra
a través de los cinco
continentes.
Las muertes cada día se
multiplican
y los gobiernos nos piden
calma.
Nos dan a entender que
venceremos,
y sin duda yo también lo creo;
pero no quiero ni pensar en el
dolor,
que se le ha infringido a
muchas familias.
Tampoco puedo imaginar siquiera
el futuro tan precario que nos
espera,
y la tragedia que esto
representará
para la población empobrecida.
Tan solo pido “a la juventud
mucha fuerza”
porque ellos tendrán que
sacarnos de la miseria
¡Con tanta imaginación como
puedan!
Pero estoy convencido, que superarán
la prueba.
Elda 9 Abril 2020
Jesús Gandía Núñez
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional.
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