1165
HASTA QUE DESPIERTE EL DÍA
Mis deseos se columpian
junto a la orilla del mar,
sin pretensiones ni prisas,
solícito, de tus caricias;
soñando con tus ternuras,
y abonado a la dulce espera,
hasta que el salitre mi piel
devore
o el tiempo la vuelva oscura.
Convocaré a los Dioses marinos,
escucharé cantos de gaviotas,
y removeré las islas más
hermosas
hasta que te traigan a primera
línea.
Ni el sol que tanto quema,
ni el crepúsculo y sus brisas,
ni la humedad nocturna
acabarán con mi espera.
Solo cuando, al vaivén de tus
cabellos,
vea flotar tu insinuante melena
y reluzca sobre las aguas
marinas,
se fundirán para siempre tu mar
y mi arena.
Satisfechos de los deseos
cumplidos
veremos regresar barcos de
pesca,
con las bodegas llenas,
y nuestros pechos… henchidos de
dicha.
Elda 8 Mayo 2020
Jesús Gandía Núñez
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario