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TODOS COMPARTIMOS EL MISMO CIELO
Y a pesar de ello somos
diferentes.
Quizás no es tan importante el
cielo,
y es la tierra el lugar donde
nacemos,
quien programa nuestra
existencia.
Seguramente estamos confundidos
y no existe ni el cielo ni el
infierno,
solamente hombres malos y
buenos
que extreman nuestras
diferencias.
Seguro que nunca seremos
iguales;
ni la piel tendrá el mismo
colorido,
ni tendremos la misma ideología
ni seguiremos al mismo profeta.
Pero todos tenemos el mismo
cielo,
en ocasiones oscuro y
enfurecido
otras veces con aspecto más
benigno,
pero siempre ocultando nuestros
desmanes.
La humanidad somos poco
agradecida,
lanzamos, con descaro, toxinas
al aire,
provocamos la furia de los
dioses,
desgarrando la atmósfera que
nos protege.
Estamos taladrando la capa de
ozono
con un agujero oscuro y tenebroso,
como si fuera la gran chimenea
por la que se cuelan nuestras
maldades.
Elda 30 Mayo 2020
Jesús Gandía Núñez
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional.
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