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ABOCADOS A LA VIDA ESPACIAL
Antes el silencio era soledad,
ahora, y cada vez mucho más,
el silencio es nuestra meta,
es señal de zona segura,
de que nadie te puede
contagiar.
Tan solo la música es
bienvenida,
siempre que algún aparato la
emita
y estemos escuchándola de
manera virtual.
¿Llegaremos a vivir como en la
luna?
¿Con traje espacial y cámara
atmosférica?
Me da la sensación que ese es
el camino.
Si ya nos prohíben hablar en el
metro,
si por la calle la gente te
evita,
si nada puede ser presencial
porque te puedes contagiar,
si los abrazos y besos se nos
niegan,
si nos tienen recluidos en la
ciudad,
tendremos que vivir como
ermitaños
en el monte en una urna
o en una cueva profunda.
Elda 19 Noviembre 2020
Jesús Gandía Núñez
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional.
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