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DOS ACTITUDES PARAUN PROBLEMA
Resbaló mi cuerpo por un
precipicio profundo,
tocando fondo al chocar contra
el suelo líquido,
donde flotaban juntos felicidad
y desgracia
aferrados, con distinta actitud
al tronco de un pino.
La felicidad con una sonrisa
muy amplia,
daba enormes gracias por flotar
sobre el agua,
la desgracia, perdía todas sus
fuerzas gritando
¡Maldita suerte la mía al
sucumbir por nada!
Dudé unos instantes, si
acercarme a la desgracia
o asirme a la felicidad y reír
a carcajadas,
porque en la caída, dije adiós
a la familia
y ahora, tenía una segunda
oportunidad de vida.
Por descontado le di la mano a
quien sonreía,
mientras la desgracia entre
gritos sucumbía;
y el tronco, llevado por la
corriente submarina,
me depositó en una playa sobre
la suave arena.
Llegó mi amada vestida de
esperanza
y reanimó mi cuerpo con
paciencia y mimos,
hasta que volvió a renacer mi
sonrisa;
después mis ojos, se quedaron
prendados de ella.
Elda 28 Noviembre 2020
Jesús Gandía Núñez
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