1369
ANCLADO EN LA RAMA
Se soltó su mano de la mía,
se deslizó de la firme rama
que a los dos nos sostenía
y voló sin dirección definida.
¡Se fue sin un simple adiós,
sin confesar porque lo hacía,
sin una previa despedida!
Y quedé adherido a la rama,
esclavo de su aroma todavía,
destrozado por su ida;
con mil dudas a cuestas,
pensando en que le fallé,
con tanto como la quería.
Ya perdí la conciencia,
y a cada movimiento de la rama
me parecía ver que volvía,
pero eran ilusiones mías.
La oscuridad nocturna me
tortura,
pero tampoco me alivia el día,
y si no tengo su presencia,
seguirá creciendo mi fatiga;
me brotarán tiernos tallos
por tanta lágrima vertida,
se dividirá mi cuerpo
en hojas de melancolía
y se encargará el otoño en destruirlas.
Elda 17 Noviembre 2020
Jesús Gandía Núñe
No hay comentarios:
Publicar un comentario