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SENDERO DEL PINAR
Saliendo de la
Ciudad Deportiva
del Centro
Excursionista, cruzo la vía
y por camino
entre casas y huertas
me dirijo por
asfalto primero a derecha
y en el primer
cruce giro a la izquierda
vigilando el
tránsito de vehículos y bicicletas;
pasado el centro
psiquiátrico y a unos 100 metros,
dejo el monótono
asfalto, por senda a mi derecha.
Pues ahí comienza
el verdadero sendero,
donde se prodiga
un aroma exquisito a hierbas,
allí conviven la
esparraguera y el tomillo,
el rabo de gato y
el cantueso
Y conforme se me
acaba el sendero,
pasado un
pedregoso llano agrietado,
me desvío por
secundaria senda a la izquierda,
y antes de que
levante la cabeza
entro de lleno en
el corazón de la pinada.
En ella hay
bancos y mesas,
pero deberemos ir
provistos de agua,
porque, aunque
hay dos fuentes
ambas están sin
grifo y secas.
Sigo el sendero
cuesta arriba,
por unos
escalones de piedra
y llego hasta la
charca, ahora abandona y seca,
pero en otros
tiempos fue delicia de sapos y ranas.
Sigue todavía la
pequeña senda protegida de maderas
y llego a lo más
alto, donde una de las fuentes
me espera, sin
grifo y sin agua
y una placa de
piedra tallada con unas letras
que así reza:
“SOY EL PINAR DEL
TRINITARIO,
PARAJE DE OCIO Y
SILENCIO,
DONDE SE ESCUCHA
EL MURMULLO
DE MIS ANTIGUOS
ROQUEDOS…
Y SOLO OS PIDO
CUIDADO Y RESPETO"
Creo que el
pinar, un día enfurecido
por tanto
abandono y olvido,
estalló con ira y
a fuego talló estos versos,
por si alguien
escuchaba el eco desde ELDA
y se daba por
aludido.
Elda 11 Noviembre
2020
Jesús Gandía
Núñez
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