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EL TRANVIA Y LA
LUNA
Como un árbol a
sus raíces anclado,
circula
silencioso el tranvía,
eternamente
esclavo,
de donde lo
lleven las vías.
Cuatro pasajeros
utilizan
la gigantesca
oruga,
medio adormilados
y
sin apenas mirar
por la ventanilla.
Hartos de la
diaria monotonía,
y refugiados en
su plaza
rumian con toda
la paciencia
los hechos que
ocurrieron ese día.
El conductor
atento a la parada,
por si alguien se
le cruza,
toca repetidas
veces la campana,
y sigue dando
vueltas a la ruta designada.
Lo mismo hace la
luna
se mueve
alrededor del Planeta,
esclava de su
trayectoria,
repitiendo
siempre la misma órbita.
Tal similitud
entre la luna y el tranvía,
me lleva a pensar
en vidas sinónimas,
aunque por pura
fantasía,
sean del
satélite, invisibles sus vías.
23 Agosto de 2021
Jesús Gandía
Núñez
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