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UN SOPLO DE SOL Y AIRE
A las diez de la
mañana,
con un excelente
sol veraniego
y el retrasado
cacareo de un gallo,
desde una casa
cercana,
inicié la vuelta a
Cámara.
Pronto me acompañó
en concierto,
una orquesta de
chicharras,
hasta que tuve a
mi vista,
el artístico arco
de la Baradana.
Retomé de nuevo la
pista
y al poco me
sorprendió,
interrumpiendo el
camino,
un joven con una
silla y una mesa,
una raqueta, un
portátil y un todoterreno;
fui incapaz de
deducir lo que hacía,
pero la verdad es
que se le veía
con una pinta de
relajación
que daba pura
envidia.
Seguí el sendero
norte
disfrutando la
amable sombra del recorrido,
cuando un veloz
ruido
delató el sonido
del AVE,
y unos metros más
adelante,
me pasó otro
muchacho a la carrera,
y sonreí en la
creencia
de que quería
coger el AVE.
Fui terminando la
vuelta
con buenas
sensaciones
y aunque tengo
complicado
volver a las
montañas,
siempre me quedará
esta agradable
vuelta a Camara.
Elda 1 Agosto 2021
Jesús Gandía Núñez
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