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(Para
el XII certamen de relatos cortos de los premios Gramat
A
partir de la frase del Conjuro de los necios “Mamá no cocina. Quema…
AHORA ME ENTERO
Ahora
comprendo la razón por la que yo he hecho tantos desastres en la cocina.
Ni
siquiera he sido capaz de hacer bien un huevo frito. Cuando no se me revienta
el huevo y me mancho la ropa, resbalo en la cocina con la botella del aceite
abierta.
Siempre
he sido un inútil en temas culinarios, Dios sabe la cantidad de pizzas que
habré quemado.
Pero
ahí no acaba mi torpeza, hasta cortar una cebolla me cuesta, me hiero con la
facilidad de una marioneta.
Nunca
supe de que gen provenía esta falta de pericia, aunque lo imaginaba, porque en
casa era mi padre el que cocinaba cansado de las ensaladas que le montaba mi
madre.
Ahora
que he vuelto a casa, divorciado con una mano atrás y otra delante, y estoy en
las manos de mi madre, pues mi padre falleció hace unos años, he descubierto de
donde me viene a mi ser en la cocina tan desastre.
Mi
madre, desde que falleció mi padre, comía y cenaba en una casa de comidas por
un precio moderado. Pero al aterrizar yo en casa intentó reciclarse, pero
siguió quemando la comida como ella acostumbraba.
Así
que he decidido hacer un curso de cocina y ser yo el que prepara una dieta más
apropiada y a mi madre la he dejado al cargo del lavavajillas.
Elda
20 de Octubre 2019
Jesús
Gandía Núñez
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