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LECCIÓN APRENDIDA
Sube la moza ligera por Puerta
de Elvira,
su gañán la espera en la
arboleda, más arriba.
Lleva un vestido nuevo que deja
ver las rodillas;
y todos los mozos se vuelven a
admirar su figura.
Ella camina orgullosa, sabiendo
que la miran;
va con cara pícara, por el
centro de la avenida,
sintiendo distraída las miradas
que la fulminan.
Hasta los pájaros silenciaron
su canto a su paso
menos una cotorra, que desde
una alta rama la piropea
-“Hermosa granadina, tienes
figura de princesa,
y ojos tan grandes como la
Torre de la vela".
Y la moza se contonea dichosa,
cuesta arriba;
hasta que el mozo que la
pretende se presenta:
-¿Cómo vas tan fresca niña?
¿No ves que si sopla viento se
te verán las pantorrillas?-
Y ella muy digna pero colérica
le contesta
-Eso es solo de mi incumbencia
¿no son mías?
pues eso, guárdate la lengua
que se te constipa?-
Y el gañán arrepentido y
entendiendo la directa bajó la cabeza
y reconoció esa veta machista
que nos domina.
Se disculpó, con los ojos
tristes, y un gran abrazo;
Y ella se colgó emocionada de
su brazo,
ofreciéndole su dulce y tierna
sonrisa.
Elda 25 Octubre 2019
Jesús Gandía Núñez
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