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REFLEXIÓN INTERESTELAR
Siempre nos acordamos de la
luna,
como si fuera la diosa de los
humanos,
pero al sol que es el que nos
da la vida
con su luz y constante calor,
lo tenemos en la constelación
olvidado.
Pues si no fuera por su
energía,
estaríamos tiritando de frío a
diario,
las plantas y los bosques
desaparecerían
y tras ellos ninguno de
nosotros sobreviviría.
Seríamos simples témpanos de
hielo.
Por todo ello muchas gracias a
nuestro astro;
Al que debemos amar sin medida,
benefactor infinito de todo lo
que hay en la tierra
y único representante real de
este circo que ilumina.
Porque lo demás, son historias
e ilusiones que nos cuentan.
Elda 17 Octubre 2019
Jesús Gandía Núñez
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