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ANGUSTIA EN EL CAMPET
Tras una primera mañana de
fiestas,
con juegos y diversiones,
un pequeño llora entre la
multitud,
asustado y con la cara pálida;
susurra -me he perdido…
y no encuentro a mis padres-
pronto lo acosa la gente a
preguntas,
y el niño llora con
desconsuelo,
sin poder pronunciar palabra.
Alguien decidido lo coge de la
mano
y se encamina con él al
escenario;
rápidamente la monitora coge el
micro,
al tiempo que le pregunta su
nombre,
-Raúl- contesta el niño entre
sollozos;
y la monitora repite en varias
ocasiones
-que se acerquen los padres de
Raúl,
que los espera en el escenario-
Transcurren unos momentos de
angustia,
para el niño la monitora y los
padres.
Todo el mundo pendiente por si
alguien se acelera,
pero no hay movimiento alguno,
por fin aparece, sin prisas
aparentes,
el padre del chiquillo;
le da un gran abrazo y con un
beso lo reconforta.
El niño se esconde entre los
brazos del padre,
que en aquel momento amargo
no le hace ningún reproche.
Una lección de primera para
padres y niños;
a los peques, para que no se
separen de los padres
y los mayores para que actúen
con serenidad y calma
y en estos casos no suponga para los niños un trauma.
Elda 5 Octubre 2019
Jesús Gandía Núñez
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional.
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