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¡CÓMO
UNE, LA BUENA COMIDA!
Me
pronuncio defensor de la buena mesa,
y
gran comensal con estómago-hormigonera;
pues
aunque no saboreo paciente la comida,
sino
que más bien la devoro con codicia,
soy
al término muy agradecido con la cocinera.
Después
de una celebración exultante y exquisita,
acompañada
de buenos vinos y sabrosa comida,
yo
solo le añadiría, un brindis de espumoso,
que
selle para siempre la amistad y la camaradería,
quizás,
el aliciente de la comida con más vitamina.
Ya
sabéis a mesa puesta y vino añejo que la riega
no
le pongáis jamás ninguna pega,
sed
complacientes para que nunca os falte
y
sobre todo, dar jabón a quien tanto os place,
porque
es de educados reconocer estas bondades.
Elda
5 Marzo 2020
Jesús
Gandía Núñez
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