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CONDENADOS SIN DELITO
Pasan los pájaros de largo,
las nubes ni se detienen,
y el silencio es inhumano;
algo terrible nos amenaza.
Se palpa un ambiente extraño,
tan gravoso como injusto,
invisible como el aire que
respiramos,
más horroroso que una ciénaga.
Se perdió del todo el contacto,
se olvidaron besos y abrazos,
los apretones fuertes de manos,
todo quedó anulado o aplazado.
Quedamos relegados a imágenes,
a sonidos y noticias virtuales,
que se difunden sin conciencia
a diario
¡Porque muchas suelen ser
falsas!
Todo se ha inundado de terror y
espanto,
se ha esparcido la ira por el
mundo entero;
unos achacan la culpa a los
otros
y pocos se vuelcan en el
remedio.
Se nos fueron miles de
convecinos,
que no habían cometido delito;
atropellados por la velocidad del
“bicho”
o por la incapacidad para detenerlo.
Ahora solo nos queda nuestra
pequeña parcela,
Aislados en cuatro paredes que
nos taladran,
donde solo abrimos la ventana y
aplaudimos
para que pronto retorne la
alegría.
Elda 28 Marzo 2020
Jesús Gandía Núñez
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