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CADENA DE COTILLEOS (1)
Dada la situación de encierro
obligado,
reto a mis compañeros de
Gramática Parda,
y a todo ser humano que le
plazca,
a formar una cadena de escritos
o poemas
sobre lo que estamos
descubriendo en casa.
Por ejemplo:
Las intimidades del sofá en mi siesta,
con ese almohadón blando, que
huele a rosas,
la cacerola que hace tiempo
tenía el asa floja
y hoy veo que tengo tiempo de
ajustarla,
el ladrido del vecino (perdón
de su perro)
que me sirve de despertador
cada mañana,
la repetitiva campana de la
Iglesia,
que como los testigos de Jehová
da la lata,
las estrecheces que muestra mi
pasillo
cuando nos cruzamos en su
recorrido.
Hasta me han sorprendido los
noventa y ocho
cuadros, espejos o retratos que
hay en casa;
los chismes inútiles con los
que convivimos,
el sillón favorito de mis
descansos habituales,
la ventana por la que veía
Bolón hasta que edificaron,
¡Y ahora si quiero verlo, tengo
que subir a la terraza!
El solecito que entra en la
cocina por la mañana;
¡Escuchar el bonito golpeo de
la lluvia en la cristalera!
y lo guapas que se ponen con el
agua las plantas.
Hasta hoy no me había
percatado,
de la enorme carga diaria, que
lleva el ama de casa;
pues le he dicho a mi mujer que
haga gimnasia
y me responde “si me parece que no
lleva ya bastante"
y ciertamente he tenido que
agachar las orejas.
Pero como sé que tendréis
infinidad de anécdotas,
espero que escribáis el
correspondiente chascarrillo,
que nos aporte una sonrisa a nuestra reducida celda.
Elda 17 Marzo 2020
Jesús Gandía Núñez
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