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EL PACIENTE ALMENDRO
Los tímidos brotes
del almendro
no se atreven a
explotar con brío
y siguen
agazapados por el frío
esperando que
llegue su momento.
Todavía no llegó
su día de gloria
para vestirse de
blanco y rosa,
andan abstraídos
con el viento que sopla
y no se deciden a
asomar el pellejo.
Ganas tengo de ver
su colorido
y que los cultivos
se llenen de belleza;
pues es el
almendro el primer signo
de que no toda la
naturaleza está muerta.
Todos sus
compañeros de parcela,
olivos, algarrobos
o higueras
dieron su oportuna
cosecha
y solo el almendro
se espera al año nuevo
para dar su
florida respuesta.
Por la costa
alicantina ya florece alguno
pero en el Valle
del Vinalopó,
aún les queda, más
de una quincena.
Elda 3 Enero 2021
Jesús Gandía Núñez
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