Chuspamontes,CEEmontes

sábado, 12 de diciembre de 2015

El ascensor

65  


EL ASCENSOR


Sube y baja cuando trabaja
pero no es más que una jaula
donde vamos oprimidos...
y a corta distancia.

Sentimos el perfume
de la dama que nos acompaña
o el sudor maloliente
del vecino que no se lava.

Podríamos subir al cielo
o visitar el infierno
si el mecanismo
nos jugara mala pasada.

Pero alivia nuestras piernas
criando en sus músculos
malvas y telarañas
a fin de conservarlas.

Cuando subimos solos,
el espejo nos habla,
Y como a la madrastra del cuento
las arrugas nos delata.

Peor es ir acompañados
por personas raras,
miramos al techo o al suelo…,
o al fluorescente por si se apaga.

¿Pero y si a medio camino se para?,
 sientes como corre,
 espalda con espalda,
la claustrofobia por la jaula.

Los primeros momentos
son de tensa espera,
y cuando llevas unos minutos,
alguno pide ayuda inmediata.

Y todo son quejas en masa.
a una le falta el aire
el otro le dice que a ver si se calla
y el más sensato pide calma.

Y la jaula se revolotea,
cuando escuchan ruido fuera,
son los vecinos que discuten
como solucionar el problema.

Qué bonito invento
no tener que subir escaleras
pero qué alivio más grande
cuando la jaula nos abre sus puertas.

Jesús Gandía Núñez     Elda 2-10-2015

Licencia de Creative Commons
El ascensor is licensed under a Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internac

No hay comentarios:

Publicar un comentario