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sábado, 12 de diciembre de 2015

La Tragedia

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LA TRAGEDIA

    Habían llegado a los Mallos de Riglos, se veían monumentales desde el pueblo, parecía que de un momento a otro esas enormes moles se iban a desmoronar. Pero esas paredes llevaban muchos siglos en esa misma posición y seguramente seguirían ahí por  unos miles de años más.
     La cordada se componía de Miguel que era la cabeza pensante y  el que se preocupaba de que en el equipo no  faltara  material ni ninguno de los elementos que harían falta para conseguir culminar con éxito aquella bella aventura. Y Lolo, pequeño él  pero  un extraordinario y ágil explorador al que no se le resistía ninguna pared.
    Como de costumbre Miguel supervisó que Lolo, que siempre iba de primero, tuviera colocado todo el equipo que necesitaría para ascender hasta lo más alto.
     Lolo siguiendo las instrucciones de Miguel y siempre bien dirigido por él, comenzó a coger altura, al principio con lentitud, pero pronto se sintió a gusto moviéndose con agilidad. Iba observando con detalle todas las pequeñas grietas o fisuras de la roca, mientras , Miguel seguía muy atento su evolución. 
      Miguel comprobó que por momentos el viento aumentaba  ligeramente ,  en el  instante que Lolo transponía un gran saliente , lo perdió de vista. Miguel de un salto se separó más de la pared horrorizado por no haberlo hecho antes, exclamó un fuerte grito ¡CUIDADO!, pero rápidamente lo volvió a recuperar, Lolo seguía  impertérrito en su labor.
     La expresión de Miguel cada vez era más grave,  veía a Lolo constantemente balanceándose por el  constante aumento del viento. No sabía que decisión tomar, había sido muy difícil conseguir llegar hasta allí, habían sido 6 horas de largo viaje y  el objetivo en mente era conseguir un exhaustivo detalle de aquella difícil vía, y aunque no quería poner en peligro a Lolo,  sabía que él era el más adecuado para poder conseguirlo.
    Seguía arreciando el viento y Miguel se daba cuenta que estaba a punto de irse al traste esa gran oportunidad, pues para el día siguiente la predicción de la meteo era infernal .  Entre tanto Lolo luchaba contra el viento intentando recuperar la verticalidad. La montaña no les facilitaba las cosas.
     De pronto una gran ráfaga volteó a  Lolo, y aunque Miguel estaba muy atento a sus movimientos no consiguió recuperarlo. El golpe contra la dura roca fue tremendo, Lolo fuera de control se estaba precipitando al vacío ante la mirada atónita de Miguel. Éste  corrió asustado hasta la vertical donde lo había visto caer y cuando llegó su rostro era un poema.
    Los restos de Lolo estaban diseminados en varios metros, había caído golpeándose contra los salientes de aquel tremendo muro de roca. Las lágrimas brotaron con rabia de los horrorizados ojos de Miguel. Se había quedado sin su Dron.

                   Elda 29 de Abril de 2015                           Jesús Gandía Núñez

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