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BOLÓN CARISMÁTICO
Tiene Bolón un perfil
accidentado en la solana,
con varias crestas e imponentes
roquedos;
unas bellas redondeces se suceden al oeste,
tanto el sur como norte, es
terreno de mixtos barrancos,
donde el roquedo deja paso a la
maleza
y encontramos para su cima más
fácil acceso.
Es el vigía del Valle y
controla los cambios atmosféricos,
aunque las pocas veces que la
lluvia se digna visitarlo,
se muestra agradecido, pintando
de verde sus laderas
y hasta los caracoles se
muestran a la vista cuando ocurre.
Pero lo más característico de
Bolón son sus cuevas,
el sendero de “Los Capuchinos”
es un ejemplo de ellas
son fantasmas que en la parte
alta están en cada curva.
Sin profundidad, pero
prolíferas las cuevas son como el corcho,
pura esponja que el agua
agujerea.
También hay algunos arcos de
natural belleza
que tímidos y discretos se
ocultan en recónditos rincones,
donde solo los buscan curiosos
atrevidos.
Bolón tiene en su cima un pino
que desde Elda se divisa,
y que hemos ido viendo crecer
los que subimos de visita,
adivinando, la constancia para
el riego que tuvo el padre de la criatura
para conseguir que llegara a
semejante altura.
Pero Bolón también es monte de
tradiciones
y cada noche del cinco de Enero
es un estrellado de antorchas,
que iluminan a los Reyes Magos
y a los pajes que les ayudan.
Bajan cargados de juguetes y
regalos por la ladera,
para gozo y alegría de todos
los peques de Elda,
repartiéndoles chuches y todo
lo que solicitaron en sus cartas.
A finales de Septiembre los
montañeros tenemos en Bolón otra cita;
un encuentro, al pie de la cruz
que se yergue sobre el roquedo,
donde homenajeamos a los que
fallecieron,
con una misa montañera, que
culminamos en concordia,
en un ameno almuerzo entre
amigos y naturaleza pura.
Elda 23 Septiembre 2019
Jesús Gandía Núñez
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