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POR LA PAZ
Desde la soledad y en un mundo
de conflictos,
mi corazón está ansioso de paz
en el planeta.
Me sitúo en el lugar de las gentes que sufren guerras
y no puedo contener las
lágrimas de mi vista.
Familias que deambulan con sus
bártulos a cuestas;
niños que la guerra convirtió
en huérfanos de esta inquina;
miseria y suciedad que atrae un
enjambre de moscas
que pululan con descaro por la
roída piel de sus víctimas.
¡Cuando el mundo se dará cuenta
que no es de humanos consentir,
que se llegue al poder, con
tanta sangre derramada!.
Ojos saltones y calavera
hundida, costillas en relieve
y piernas como cañas, niños
cubiertos de sarna,
perdidos por caminos que nunca acaban,
llegándoles el consuelo y la paz,
solo cuando los siega la guadaña.
¿Por qué los señores de la
guerra no tienen alma,
e imponen el poder por la
fuerza y con amenazas?.
¿Por qué el resto del mundo
miramos de reojo lo que pasa,
con algún que otro suspiro,
pero sin hacer nada
para que desaparezcan mediocres
miserables que matan?,
¿Por qué consentimos que hayan
países
que se benefician vendiéndoles armas?.
Algo palpita en nuestro corazón pidiendo justicia,
pero cada uno pensamos solo en nuestra familia
dejando que haya centenares de víctimas cada día,
sin que
nadie ponga orden, en este caos que nos rodea
y que ya
lo vemos como una simple rutina.
Elda 26 Septiembre 2019
Jesús Gandía Núñez
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