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REPARTIR AMABILIDAD
Que nadie espere que el cielo
lo ilumine,
ni siquiera que le aclare las
ideas,
Dios nos hizo libres, pero cada
uno tiene su techo;
y debemos ser consecuentes cada
uno con el nuestro.
No por eso creo que hayamos de
ser conformistas,
ni mucho menos descartar el
progreso.
Sencillamente llenemos de
felicidad cada momento,
dando continuidad a otro
instante de sosiego.
Debemos enlazar los “te
quieros” con “besos”
y ser de vez en cuando
zalameros.
Estamos necesitados de agasajos
sinceros,
de palabras amables que te
suban “al cielo”
del calor contagioso de un
abrazo
y a veces es suficiente,
con la mirada furtiva de unos
ojos sinceros.
Yo me aferro a la lealtad de
los que quiero;
pues su cariño es suficiente
para mi ego,
y correspondo con humildes versos
que reparto sin medida y a cada
momento.
Elda 16 Septiembre 2019
Jesús Gandía Núñez
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