852
LA SULTANA EXTRANJERA
Triste está la sultana
extrajera;
sus sueños principescos
truncados,
sus ambiciones en la papelera,
se siente esclava del burka y
la túnica
que la oprimen como una pequeña
celda.
Su boda con el sultán fue
apoteósica
y sus sueños volaron tan alto,
tanto, que se rompieron en mil
pedazos.
Prisionera de costumbres
medievales
y tratada por todos como
extranjera
palidece su piel joven y tersa
entre muros de oro y cortinas
de seda.
Sus lágrimas, revueltas entre
perlas,
gimen desconsuelo y languidecen
su belleza.
Lástima de sueños que tuvo la
princesa
que jamás cumplirán sus ojos,
llenos de bolsas y dilatados
por la tristeza.
Su único deseo es ser
repudiada,
para huir de la India,
y olvidarse de oriente al que
no se adapta.
El sultán fascinado por su
hermosura
trata de retenerla
agasajándola,
le regala joyas, diamantes y
piedras preciosas;
pero la joven princesa embutida
en el sari y el velo,
sólo pide a su Dios con
insistencia,
que le permita volver a su
tierra.
San Juan 22 Agosto 2019
Jesús Gandía Núñez
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario