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COSAS QUE NOS PERDEMOS A DIARIO
Habitualmente los sentidos nos
ciegan;
cuando ponemos mucho interés en
el tacto,
prácticamente tenemos los ojos
cerrados.
Si es el oído el que afinamos,
se nos pasa de largo el olfato,
al que no le hacemos caso.
Si comemos con avaricia
y gozamos lo más sabroso
lo probable es que el oído no
esté al tanto.
Incluso cuando hay algo en
especial que miramos,
todo lo demás se nos pasa por
alto.
Por lo que es mucho más lo que
no percibimos
que lo que de verdad
observamos.
Lo ideal sería llevar una
cámara con 360 grados
con sonido incorporado
y darle un repaso cada noche
antes de acostarnos.
Aún así el gusto y el tacto,
seguirían perdiendo escaños,
que quizás soñando podríamos
recuperarlos.
San Juan 21 Agosto 2019
Jesús Gandía Núñez
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional.
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